Solo hace una década, las calderas de gas, de gasóleo y los sistemas eléctricos resistivos eran la tecnología habitual para calentar y refrigerar nuestras viviendas. Pero la realidad ya era otra.
Con precios de la energía volátiles, objetivos de descarbonización y una conciencia medioambiental mayor que nunca, las bombas de calor ya no son una rareza tecnológica. Y son el centro de la transición energética.
Las bombas de calor no solo son más eficientes que las soluciones convencionales, también aportan una flexibilidad que no tiene comparación: un solo aparato puede hacerte de calefacción en invierno, de aire acondicionado en verano y de agua caliente sanitaria todo el año. Y con un rendimiento que, en muchos casos, puede multiplicar casi por cuatro o cinco la energía que consumiste de electricidad.
En este artículo conocerás en profundidad qué es una bomba de calor, cómo funciona, los diferentes tipos que existen, cuánto puedes ahorrar, qué impacto tienen sobre el medio ambiente y por qué cada vez más países la están adoptando como pilar de su estrategia energética.
¿Qué es una bomba de calor?
La bomba de calor es un dispositivo capaz de obtener energía térmica de un lugar para llevarla a otro en un proceso termodinámico, basándose en un pequeño aporte de energía eléctrica. Básicamente, se trata de recoger el calor presente en el entorno y transportarlo al interior de una vivienda (modo calefacción) o bien de llevar calor del interior al exterior, funcionando de forma similar en concepto a ciertos sistemas de aires acondicionados modernos que también pueden calentar y enfriar.
A diferencia de un radiador eléctrico, que transforma la electricidad en calor de forma directa y con un rendimiento nada bueno del 100 %, la bomba de calor no crea calor de la nada, lo mueve. Esto hace que por cada kilovatio-hora (kWh) de electricidad que utilice, pueda generar entre 3 y 5 kWh de calor aprovechable.

Cómo funciona una bomba de calor: paso a paso
El funcionamiento se basa en un ciclo cerrado con cuatro componentes clave:
Evaporador
En esta fase, la bomba de calor hace circular el refrigerante a muy baja temperatura y presión por el evaporador. Aquí, el sistema absorbe calor del aire exterior, del suelo o del agua. Incluso si en el exterior hay 0 °C, las bombas de calor pueden capturar energía gracias a las propiedades físicas del refrigerante.
Compresor
El gas resultante se comprime, aumentando su temperatura. Es en esta fase donde se emplea la electricidad, pero de forma muy eficiente.
Condensador
En el condensador, el gas caliente cede su energía al circuito de calefacción (radiadores, suelo radiante o aire canalizado) y se licúa. Gracias a esta etapa, las bombas de calor transfieren el calor captado hacia el interior de la vivienda.
Válvula de expansión
Finalmente, la válvula de expansión reduce la presión del refrigerante, que se enfría de nuevo y queda listo para que las bombas de calor reinicien el ciclo.

Tipos de bombas de calor
Existen diferentes variantes de bombas de calor según de dónde toman el calor y cómo lo entregan. Cada tipo de bomba de calor ofrece ventajas específicas y se adapta mejor a ciertos climas y necesidades.
| Tipo de bombas de calor | Fuente de calor | Entrega de calor | Ventajas principales | Limitaciones |
| Aire-aire (aerotermia simple) | Aire exterior | Aire interior | Instalación rápida, coste inicial bajo | Menor eficiencia en climas muy fríos |
| Aire-agua (aerotermia) | Aire exterior | Agua para calefacción/ACS | Compatible con radiadores y suelo radiante | Necesita depósito de inercia |
| Geotérmica | Calor del suelo | Agua | Alta eficiencia todo el año | Coste inicial alto, requiere obra |
| Agua-agua | Agua subterránea | Agua | Rendimiento muy estable | Requiere acceso a acuíferos |
| Solar asistida (SAHP) | Aire + sol | Agua o aire | Máxima eficiencia, cero emisiones con FV | Depende de espacio para paneles |
Cada uno de estos tipos de bombas de calor puede ser la solución ideal según el tipo de vivienda, el clima y el presupuesto disponible. Por ejemplo, en climas templados la aerotermia es muy popular, mientras que en regiones frías la geotermia ofrece un rendimiento constante durante todo el año.
Eficiencia energética: el CoP y el SCOP
El Coeficiente de Rendimiento (CoP) indica cuántas unidades térmicas producen las bombas de calor por cada unidad eléctrica que consumen.
- Ejemplo: un CoP de 4 significa que por cada kWh eléctrico se obtienen 4 kWh térmicos.
- El SCOP (Seasonal Coefficient of Performance) mide esa eficiencia a lo largo de toda la temporada.
En la práctica:
- Aerotermia: SCOP entre 3 y 4, incluso en climas fríos con la tecnología actual.
- Geotermia: SCOP entre 4 y 5, gracias a la temperatura estable del subsuelo.

Ventajas de las bombas de calor
- Ahorro económico: hasta un 60 % menos de gasto en calefacción respecto a resistencias eléctricas o calderas de gasoil gracias al rendimiento superior de las bombas de calor.
- Versatilidad: calefacción, refrigeración y agua caliente con un solo equipo.
- Sostenibilidad: reducción de emisiones de CO₂, especialmente cuando las bombas de calor se combinan con paneles solares.
- Confort estable: calor uniforme y continuo, sin oscilaciones bruscas.
- Durabilidad: vida útil media de 15 a 20 años con mantenimiento básico.
Costes y retorno de la inversión
- Coste inicial: desde 4.000 € en aerotermia simple hasta 15.000 € en geotermia.
- Ahorro anual: entre 400 y 1.200 €, según uso y combustible sustituido por bombas de calor.
- Retorno medio: 5–10 años, acelerado si hay subvenciones.
En muchos países europeos existen incentivos fiscales y ayudas que cubren hasta el 40 % del coste.
Bombas de calor y energías renovables
El potencial real de las bombas de calor se alcanza al combinarlas con energía fotovoltaica:
- Produces electricidad gratis durante el día.
- La bomba de calor convierte esa electricidad en calefacción o ACS.
- Con baterías, el autoconsumo se extiende a la noche.

Casos reales
- Noruega: más del 60 % de las viviendas ya usan bomba de calor. Resultado: reducción masiva de emisiones y dependencia del gas.
- Madrid: proyectos de geotermia urbana en el Metro aprovechan el calor del subsuelo para climatizar edificios públicos.
- Japón: sistemas híbridos de bomba de calor y paneles solares dominan en zonas residenciales.
Mantenimiento y vida útil
- Limpieza anual de filtros y revisión de presión del refrigerante.
- Control de ventiladores y bombas de circulación.
- Vida útil: hasta 20 años en modelos de calidad.
Retos y futuro
- Barrera de coste inicial: se espera que baje con la producción masiva.
- Formación técnica: necesidad de instaladores especializados.
- Integración urbana: la geotermia y las redes de climatización compartida con bombas de calor ofrecen un gran potencial.

Conclusión
Las bombas de calor son el presente de la climatización eficiente. Utilizando la energía del ambiente y sin emisiones, son capaces de ofrecer calefacción, refrigeración y agua caliente teniendo además la capacidad de anticiparse a las necesidades del usuario haciendo que su implantación no supone un impacto en el recibo.
En un contexto global en el que el ahorro energético y la lucha contra el cambio climático son piedras angulares, invertir en una bomba de calor ya no es solo una buena decisión técnica, sino también un ejercicio de responsabilidad con el planeta.
